miércoles, 17 de mayo de 2006

Tertulia del Miércoles 17/05/06

Monseñor Mario Moronta disertó sobre el Sínodo Diocesano

Tomado de Diario Católico del 19/05/06
Por: Seminarista Alirio Sandoval

En el ambiente sinodal que se está viviendo en el estado Táchira, en el día de ayer se llevó a cabo en la Basílica de Nuestra Señora de la Consolación de Táriba la Tertulia sobre el II Sínodo Diocesano; evento organizado por la fundación Tertulia Cultural “Luis Eduardo Pacheco Melgarejo”, ente que funciona bajo la coordinación del doctor Carlos E. Sánchez Velasco.
El ponente invitado para hablar sobre este importante tema que ocupa el interés de la Iglesia del Táchira fue Monseñor Mario Del Valle Moronta Rodríguez, Obispo de la Diócesis de San Cristóbal y artífice de la realización del II Sínodo con el que se busca bajo la guía del Espíritu Santo, conducir a la Iglesia tachirense a una renovación en Espíritu y en Verdad.
Monseñor Moronta en su intervención hizo un recorrido histórico de los diferentes sínodos realizados en el mundo, evocando el primero de ellos llevado a cabo en la ciudad de San Cristóbal, el seis de junio de 1.936, el cual dejó unos estatutos que sirvieron de punto de partida, y sobre todo fue el medio con el cual la Iglesia tachirense pudo continuar su trabajo pastoral iniciado por el siervo de Dios Tomás Antonio Sanmiguel Díaz.
Comentó que de acuerdo a la ley de la Iglesia Universal cada Diócesis debe organizar su propio Sínodo y realizarlo con una relativa frecuencia; se le aconseja organizarlo cada diez años. En Venezuela han sido pocos los sínodos realizados; en la época colonial se realizaron tres y en la época moderna se realizaron el Sínodo de San Cristóbal (1936) y el Sínodo de Barquisimeto (1957). En la Arquidiócesis de Valencia se inició el primer Sínodo en 1989, pero no se culminó debido a que hubo cambio del Arzobispo para ese momento.
Explicó que la palabra Sínodo viene del griego y significa "Caminar Juntos" y se utilizó desde los primeros siglos de la Iglesia para identificar la reunión de los Obispos con su presbiterio, a fin de crear las normas que regirían la Diócesis, pues para ese entonces no existía el Derecho Canónico que se conoce hoy día. Además esta reunión servía para revisar el desempeño eclesial de la misma y se convertía en un organismo estable para el gobierno de cada Iglesia local.
Los sínodos eran muy comunes en los comienzos de la Iglesia en los que se insistía en la comunión del pueblo de Dios con sus pastores a través de sus representantes; los sacerdotes y los diáconos. Después del siglo V y VI, los sínodos se fueron espaciando un poco más, pues se comenzó a vivir una nueva etapa en la historia de la Iglesia. La figura del papado era mucho mayor, lo cual significaba una mayor estabilidad en la vida eclesial, y con la llegada del Emperador Constantino se habían acabado las persecuciones hacia los cristianos. De ahí que los Sínodos comenzaron a ser en la mayoría de los casos experiencias en muy pocas sedes diocesanas.
En España se conoce de los sínodos de la Provincia Aragonense de Sevilla. En Francia, los sínodos de Lión, de París; y en Italia es quizás el país donde curiosamente hubo menos sínodos, tal ves por ser la sede del Papado, y se presuponía que las normas que venían de la Santa Sede se aplicaban primeramente en Roma.


En América Latina la experiencia del Sínodo se ha tenido de tres formas: el Concilio Plenario de Latinoamérica a finales del siglo XIX, el cual le dio una mayor fortaleza al catolicismo de los Latinoamericanos. La creación del CELAM, permitió el encuentro de los Obispos cada cierto tiempo para realizar las Asambleas Generales del Episcopado Latinoamericano. Finalmente en Venezuela y Nicaragua se han tenido los Concilios Nacionales que buscan dar normas para todo el país, y en Cuba hace veinte años hubo una experiencia parecida, llamada el Movimiento Nacional Eclesial Cubano.
Finalmente dijo que el Sínodo es un organismo que funciona como una gran convocatoria donde representantes del presbiterio, de las parroquias, de los Movimientos de Apostolado Seglar, de las Instituciones como el Seminario y la Universidad Católica, ayudan al Obispo en el gobierno de la Diócesis. El Sínodo del Táchira tiene como objetivo principal reafirmar nuestra vida de Iglesia, consolidar la participación de todos en la misión evangelizadora con la comunión de todos sus miembros, partiendo de la experiencia comunitaria con la cual encaminar a nuestra Iglesia a la construcción del reino de Dios desde los inicios del tercer milenio.